
La relación entre la ciberseguridad y la continuidad del negocio
- Alex De los Llanos Dueñas
- Abril 2025
No sé si te ha pasado, pero en más de una empresa he escuchado la misma frase:
—“Bueno, si nos hackean, ya veremos qué hacer.”
Y me dan ganas de suspirar fuerte. Porque no, esto no va solo de evitar un ataque. Va de seguir funcionando si todo falla.
Va de personas, de decisiones, de saber que una caída no significa el fin… siempre que te hayas preparado para levantarte.
La ciberseguridad y la continuidad del negocio no son dos temas distintos. Son dos caras de la misma moneda. Y en 2025, con el nivel de dependencia digital que tenemos, no puedes pensar en una sin considerar la otra.
No se trata solo de protegerse de un ataque. Se trata de saber cómo seguir operando durante el caos, y cómo recuperarte después. Porque los ciberataques ya no son una posibilidad remota: son una parte del paisaje digital. La diferencia real está en cómo te afectan… o en cómo los enfrentas.
¿Qué es realmente la continuidad del negocio? (Y por qué no es solo un PDF en un cajón)
La continuidad del negocio no es un “documento bonito” que se revisa una vez al año. Es una filosofía de preparación. Una forma de entender que cualquier cosa puede fallar —y probablemente fallará—, y que aún así, el show debe continuar.
¿Tu servidor cayó? Debes seguir atendiendo a tus clientes.
¿Tu proveedor fue víctima de un ransomware? Debes mantener el servicio.
¿Tu web fue atacada y está offline? Necesitas otro canal para comunicarte.
No se trata de evitar el impacto (eso ya lo intenta la ciberseguridad). Se trata de resistir el golpe y mantenerte en pie.
Piensa en esto:
Cada vez que tu equipo de seguridad bloquea una amenaza, está defendiendo tu continuidad operativa.
Cada vez que actualizas un sistema o haces una copia de seguridad, estás salvando tu capacidad de seguir trabajando.
La ciberseguridad sin un plan de continuidad es incompleta. Pero al revés, también: un plan de continuidad que no considera los riesgos digitales, es una bomba de relojería.
Hoy, los ataques más comunes que comprometen la continuidad de una empresa son digitales:
- Ransomware que cifra todos tus archivos y exige rescate.
- Ataques DDoS que paralizan tus sistemas durante horas o días.
- Fugas de datos que obligan a cerrar servicios mientras investigas.
- Phishing exitoso que da acceso a sistemas críticos.
- Sabotaje interno (sí, todavía ocurre) que borra o corrompe sistemas.
Entonces, si tu estrategia de continuidad no está alineada con tu estrategia de seguridad… estás caminando por una cuerda floja.
Un ataque puede parar tu negocio. Pero una buena preparación puede evitar que muera.
Lo vi con mis propios ojos. Una empresa de logística, con más de 500 empleados. Un viernes, reciben un ataque de ransomware. La mayoría de sus sistemas internos cifrados. No había copias de seguridad externas. Los backups estaban en la misma red, así que también fueron cifrados. Todo parado. No podían generar guías, ni facturas, ni gestionar envíos. En 48 horas, habían perdido el 80% de su operación.
¿Tenían un plan de continuidad? Sí, uno redactado en 2018. Nadie lo actualizó. Nadie lo ensayó. Nadie sabía qué hacer.
El daño no fue solo económico. Fue reputacional, emocional, humano. Y no porque fueran incompetentes, sino porque pensaron que “eso nunca nos pasaría a nosotros.”
Aquí no hay recetas mágicas, pero sí buenas prácticas que cualquier empresa puede adoptar, sin importar su tamaño.
1. Pensar en escenarios, no en ideas abstractas
No sirve decir “si nos hackean, actuamos”. Hay que definir qué tipo de incidente podrías sufrir, qué impacto tendría y cómo se respondería a cada uno.
¿Y si perdemos el acceso a la nube durante 24h?
¿Y si nos filtran información sensible?
¿Y si un empleado descarga un malware sin querer?
Ponles nombre a los miedos. Solo así podrás enfrentarlos.
2. Incluir al equipo de seguridad en el plan de continuidad
Parece obvio, pero en muchas empresas, el plan de continuidad lo hace operaciones, sin consultar a ciberseguridad. Y eso es como diseñar un paracaídas sin hablar con quien lo va a usar.
La seguridad debe estar en el diseño del plan, no solo en la respuesta. Debe aportar visión técnica, identificar riesgos, proponer mecanismos de detección y reacción.
3. Tener copias de seguridad que sirvan de verdad
Una copia que no se prueba, no existe. Una copia guardada en la misma red, es inútil.
Las copias deben:
- Estar en un entorno aislado.
- Ser automáticas.
- Probarse regularmente.
- Tener múltiples versiones.
Así, si todo falla, al menos tendrás un punto de partida desde donde reconstruir.
4. Ensayar el desastre
Nadie quiere simular un ataque en plena operación, lo sé. Pero es NECESARIO.
Haz simulacros. Plantea escenarios. Pon a prueba a los equipos. No para castigar, sino para aprender.
Que sepan cómo responder, cómo escalar un incidente, cómo comunicar. Que no sea la primera vez que lo hacen… cuando ya es tarde.
5. Comunicar. Rápido y bien.
Muchas veces, lo que más daño hace no es el ataque, sino el silencio que viene después.
Tener un plan de comunicación es parte de la continuidad:
- ¿Cómo informas a tus empleados?
- ¿Y a tus clientes?
- ¿Y a tus socios?
Si no tienes respuestas a eso, el caos se multiplica.
Cultura, no solo procesos
Esta es, para mí, la clave de todo.
Puedes tener protocolos, herramientas, checklists. Pero si tu equipo no entiende por qué esto es importante, no sirve de nada.
La continuidad no se garantiza con documentos. Se construye cada día, en cada acción. En cada empleado que respeta los procesos, en cada líder que habla de seguridad, en cada pequeña decisión que prioriza el cuidado del negocio.
Y eso no se impone. Se cultiva.
Conclusión
Piensa en esto como un cuerpo humano.
La ciberseguridad es el sistema inmunológico: evita que te infectes.
La continuidad es tu capacidad de mantenerte en pie si la infección llega.
En 2025, las empresas que sobreviven no son las que nunca caen. Son las que saben cómo levantarse rápido, con orden, con cabeza, con la confianza de que lo habían previsto.
Y tú, ¿ya sabes cómo seguirías funcionando si mañana tu sistema se cae?
¿Si mañana hay un ataque? ¿Si mañana pasa lo que creías improbable?
Si la respuesta es “no lo sé”… este es el momento perfecto para empezar. Y recuerda, si necesitas ayuda con la ciberseguridad de tu negocio, contacta con nosotros de inmediato.