La ciberpolicía es un término que se refiere a las unidades especializadas de la policía y las fuerzas de seguridad encargadas de investigar, prevenir y combatir los delitos y actividades delictivas en el ámbito de la ciberseguridad, las tecnologías de la información y las comunicaciones, y el espacio digital. La ciberpolicía puede incluir a agentes, detectives, analistas y expertos en tecnología, así como a fiscales y jueces especializados en delitos cibernéticos y legislación sobre ciberseguridad.
Las responsabilidades y funciones de la ciberpolicía pueden abarcar una amplia gama de delitos y actividades, como el ciberacoso, el robo de identidad, la estafa y el fraude en línea, la explotación y el abuso de menores, la piratería informática, el malware y los ransomware, el terrorismo y la radicalización en línea, la violación de derechos de autor y la propiedad intelectual, y el espionaje y la guerra cibernética, entre otros.
La ciberpolicía trabaja en colaboración con otras agencias y organizaciones, tanto a nivel nacional como internacional, para compartir información, recursos, conocimientos y experiencias, así como para coordinar y llevar a cabo operaciones conjuntas, investigaciones y acciones de prevención y persecución de delitos cibernéticos. Algunas de las organizaciones y redes internacionales de ciberpolicía incluyen a Europol, Interpol, el Grupo de los Siete (G7) y la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE).
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