El edge computing, o computación en el borde, es un enfoque de distribución de la infraestructura de TI en el que las tareas de procesamiento y almacenamiento de datos se realizan lo más cerca posible de los dispositivos y sensores que generan los datos, en lugar de depender exclusivamente de centros de datos centralizados o de la nube. Este enfoque permite reducir la latencia, mejorar el rendimiento y la eficiencia, así como disminuir la dependencia de la conectividad a Internet para el procesamiento de datos.
El edge computing es especialmente relevante en el contexto del Internet de las Cosas (IoT), donde la cantidad de datos generados por dispositivos y sensores conectados está creciendo exponencialmente y puede ser difícil de manejar y procesar de manera eficiente en centros de datos remotos. Al realizar el procesamiento y análisis de datos en el borde de la red, los dispositivos y sistemas IoT pueden tomar decisiones y responder a eventos en tiempo real, lo que es crucial en aplicaciones como la robótica, vehículos autónomos, ciudades inteligentes, telemedicina y sistemas de vigilancia.
El edge computing también puede mejorar la seguridad y la privacidad, ya que los datos se procesan y almacenan localmente, lo que reduce la exposición a posibles vulnerabilidades y ataques en la red o en la nube. Sin embargo, también puede plantear nuevos desafíos en términos de gestión y protección de la infraestructura de TI distribuida, así como de la interoperabilidad y estandarización de las soluciones y tecnologías de edge computing.
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