Un ataque activo es un tipo de ataque cibernético en el que un intruso intenta alterar o comprometer la integridad, confidencialidad o disponibilidad de un sistema informático o red, en lugar de simplemente observar o recopilar información. En un ataque activo, el atacante puede modificar, eliminar o agregar datos, interrumpir servicios, propagar malware o explotar vulnerabilidades con el objetivo de causar daño o ganar acceso no autorizado a sistemas y recursos.
Los ataques activos pueden tomar varias formas, como:
- Ataques de denegación de servicio (DoS): Inundar un servidor o red con tráfico no deseado o solicitudes maliciosas para interrumpir los servicios y hacerlos inaccesibles a los usuarios legítimos.
- Ataques de fuerza bruta: Intentar adivinar contraseñas o claves criptográficas mediante la prueba sistemática de todas las posibles combinaciones hasta encontrar la correcta.
- Ataques de inyección: Inyectar código malicioso en una aplicación o base de datos para comprometer su seguridad o manipular su funcionamiento, como en el caso de la inyección SQL o la inyección de scripts en sitios web.
- Ataques de suplantación de identidad (spoofing): Falsificar la identidad de un usuario, dispositivo o servicio para engañar a otros sistemas y obtener acceso no autorizado o información confidencial.
- Ataques de hombre en el medio (MitM): Interceptar y manipular la comunicación entre dos partes, como en el caso de los ataques "Man in the Browser" mencionados anteriormente.
Para protegerse contra los ataques activos, se recomienda seguir las siguientes prácticas de seguridad:
- Utilizar software antivirus y antispyware actualizado y mantenerlo activo en todo momento.
- Actualizar regularmente el sistema operativo y todos los programas instalados para corregir vulnerabilidades de seguridad.
- Implementar firewalls y sistemas de detección y prevención de intrusiones (IDS/IPS) para proteger las redes y sistemas de accesos no autorizados.
- Utilizar autenticación de dos factores (2FA) y políticas de contraseñas seguras para proteger las cuentas en línea.
- Educar a los usuarios sobre los riesgos de seguridad y cómo reconocer y evitar posibles ataques, como el phishing o el enlace a sitios web maliciosos.
A continuación, se presentan algunos enlaces externos que pueden ser útiles para ampliar tu conocimiento sobre los ataques activos: