Un ataque pasivo es un tipo de ataque cibernético en el que el atacante intenta obtener información confidencial sin que el usuario se dé cuenta.
Los ataques pasivos suelen implicar la interceptación del tráfico de red o la observación del comportamiento de los usuarios para obtener información confidencial, como contraseñas o datos bancarios. A diferencia de los ataques activos, los ataques pasivos no alteran los datos o sistemas del usuario, lo que los hace más difíciles de detectar.
Algunos ejemplos de ataques pasivos incluyen la interceptación de comunicaciones inalámbricas no cifradas, la monitorización de los registros de navegación o el uso de herramientas de análisis de tráfico de red para interceptar paquetes de datos.
Para prevenir los ataques pasivos, es importante que los usuarios utilicen conexiones cifradas, como HTTPS, y eviten conectarse a redes Wi-Fi públicas no seguras. Además, los usuarios deben ser conscientes de su entorno y no compartir información confidencial en lugares públicos.
A continuación se presentan algunos enlaces externos en español que pueden ser útiles para obtener más información sobre los ataques pasivos: